domingo, 31 de mayo de 2009

Sin vida...

(…) me trasladaron a una camilla que 
 rodaba y comenzaron a empujarme no 
sabía hacia dónde, no me interesaba hacia
dónde, no me preocupaba hacia 
dónde puesto que, hiciesen lo que hiciesen, 
aun después de cerrar la puerta, y del hielo de
la cámara, y del silencio, y de las tinieblas,
no me podrían impedir cantar.


António Lobo Antunes, La muerte de Carlos Gardel